¿Quién no ha soñado alguna vez con
dar la vuelta al mundo? Leguineche comenzó con ese sueño una tarde de
primavera un viaje que mil
aventuras prolongaron por espacio de dos años y más de 60.000
kilómetros, relatado en su libro “El
Camino más Corto”,
cuya lectura aconsejo.
Recorremos con Manu treinta
países de los cinco continentes, el mundo en total libertad y a
pulso en un auténtico desafío a una sociedad cada vez más
racionalizada. Desde los desiertos del Sáhara o el de la Sal
en Persia, a la zona más lluviosa de la tierra, al norte de India, o
sobre las nieves del Himalaya hasta la singladura de Australia, a
través de dificultades mecánicas y aduaneras, ladrones, disentería,
hambre, deshidratación o fiebres, con horas de euforia y de
desánimo, el relato de su periplo tiene el ritmo de las mejores
novelas de acción.
“The great affair is to move”,
escribió Stevenson, uno de los autores preferidos de Manu
Leguineche junto a Kessel, Mc Orlan, Conrad, Kipling, Verne,
Hemingway y Kerouac, que habían estimulado su hambre de viajar. Ayer
Manu, “el jefe de la tribu” quizás el mejor de nuestros
periodistas de guerra, que ha ganado todos los premios periodísticos
habidos y por haber en lengua castellana, partió a su último viaje.
Aquí podeis leer una semblanza de Fran Sevilla, mucho mejor y más
personal de la que pueda yo (alguien que sintió su misma pasión, pero no tuvo su valor) hacer: