Desde este espacio apoyamos esta efeméride, tan distinta, a la dedicada al día Contra la Violencia de Género.
Por mi parte, una de mis preferidas era, sí, tristemente, era, la Librería Antonio Machado, en Sevilla (aunque LA ROLDANA, le iba a la zaga y, obviamente, la de la facultad YERMA). Muy cerquita de la Plaza de la Encarnación, donde sirven una de las cañas con más solera de la capital hispalense. No son cosas incompatibles, obviamente. Pero no era por esto, os lo aseguro.
Más bien, era por el clima que se respiraba en esa habitación de dos plantas, con el balcón interior y todos los estantes repletos de libros, claro. Además, los podías poner a prueba y siempre cumplían. ¿Y esas bolsas para meter el libro? Si era uno y pequeño, una marrón en la que parecía que llevabas algo de incalculable valor. Si hacías una buena compra, la grande, con el rostro del poeta en uno de los laterales... Y mil detalles más.
Cada uno de los lectores tenemos
una librería especial. ¿Cuál es la tuya?
(Déjanos un comentario, si lo deseas, contando, ¿cuál es la tuya y por qué?)