SÉPTIMO LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
“FACSIMIL FOTOSTÁTICO DEL ARTICULO APARECIDO
EN EL PERIÓDICO LA VOZ DE LA JUSTICIA DE BARCELONA EL DÍA 6 DE
OCTUBRE DE 1917, FIRMADO POR DOMINGO PAJARITO DE SOTO
Documento de prueba anexo n. ° 1 (Se adjunta traducción
inglesa del intérprete jurado Guzmán Hernández de Fenwick)
“El autor del presente artículo y de los que
seguirán se ha impuesto la tarea de desvelar en forma concisa y
asequible a las mentes sencillas de los trabajadores aun los más
iletrados, aquellos hechos que, por haber sido presentados al
conocimiento del público en forma oscura difusa, tras el camouflage
de la retórica y la profusión de cifras más propias al
entendimiento y comprensión del docto que del lector ávido de
verdades claras y no de entresijos aritméticos, permanecen todavía
ignorados de las masas trabajadoras que son, no obstante, sus
víctimas más principales. Por que sólo cuando las verdades
resplandezcan y los más iletrados tengan acceso a ellas, habremos
alcanzado en España el lugar que nos corresponde en el concierto de
las naciones civilizadas, a cuyo progreso y ponderado nivel nos han
elevado las garantías constitucionales, la libertad de prensa y el
sufragio universal. Y es en estos momentos en que nuestra querida
patria emerge de las oscuras tinieblas medioevales y escala las
arduas cimas del desarrollo moderno cuando se hacen intolerables a
las buenas conciencias los métodos oscurantistas, abusivos y
criminales que sumen a los ciudadanos en la desesperanza, el pavor y
la vergüenza...”
Comienzo de “La Verdad sobre El Caso Savolta”,
de Eduardo Mendoza.
¿Quién matará a Domingo
Pajarito de Soto?
También tuve 17 años y
también me ví ante una encrucijada en la que tenía que decidir
apresuradamente, creyendo que el camino que eligiera entonces sería
el definitivo. ¡Qué iluso, qué bisoño! Lo cierto es que en aquel
momento la lectura de “La Verdad sobre el Caso Savolta” me dejó
impactado, sobre todo por la admiración que surgió en mi por el
viejo periodista, pero también por la fascinación que sentí por la
Barcelona de principios de siglo (del pasado, en que también
vosotros nacisteis), tanto durante la lectura de la novela como
posteriormente en mis visitas estivales, en las que me encantaba
perderme por el barrio gótico, pasear Ramblas abajo o ir del Chino
al puerto. Paradójicamente, como en la obra, triunfó al final en mi
experiencia vital el posibilismo (en ello también mi relación con
Barcelona tuvo un papel esencial) frente a los sueños y terminé
siendo más Javier Miranda que Pajarito, pero esa es otra historia.
La pregunta hoy, en la nueva e ilusionante encrucijada histórica
en que nos encontramos (algunos incapaces de decidir como el asno de
Buridán) no es quién mató, sino quién matará a Pajarito.
SEXTO LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
Si tuviera que decantarme por un rasgo definitorio de mi
personalidad, ese sería la “indecisión”,
pero en este caso la elección ha sido bastante
fácil. He escogido esta “canción de cuna” de Miguel Hernández por dos razones; la primera, por el poeta, por sus orígenes
humildes, por la forma en la que supo hacer llegar su obra a todos los públicos
y la segunda y definitoria, por lo que evocan en mí las letras de esa nana tarareadas
por la voz ronca de mi padre ( gran admirador de Serrat) en los trayectos en
coche desde Sevilla a mi pueblo; un recuerdo imborrable.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso…
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso…
…
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor……
Antonio Moya
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor……
Antonio Moya
QUINTO LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
CUARTO LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
Por Mª Ángeles Palma
TERCER LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
SEGUNDO LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
PRIMER LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
"Nadie puede volver atrás,pero todos pueden seguir adelante...y Mañana, cuando el Sol salga,será suficiente con repetirse a uno mismo:Voy a ver este díacomo si fuese el primero de mi vida".Paulo Coelho (del libro El manuscrito encontrado en Accra)¿Qué sería de nuestra vida sin la posibilidad de escribir una nueva historia?Incluso una historia cada día.Esta frase que he escogido es un canto a la esperanza y una medicina para nuestra alma.En la vida de cada uno de nosotros nos encontramos ante situaciones que hacen que se desvanezcan nuestros planes, que todo cambie, que el futuro se oscurezca y difumine. Pero hemos de darnos cuenta de que toda vida esta llena de inicios más que de finales.Cada historia no es nuestra vida, sino sólo un capítulo de la misma y por tanto tenemos la oportunidad de mejorar esa historia cada día.Aprovechemos cada día la oportunidad de un nuevo viaje, con un nuevo paisaje y con nuevos compañeros de aventura o incluso de nuestra escogida soledad.
Por Mariam
CUARTO LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
Me parecía que de nada vale correr si
siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra
personalidad. Unos seres nacen para vivir, otros para trabajar, otros
para mirar la vida. Yo tenía un pequeño y ruin papel de
espectadora. Imposible salirme de él. Imposible libertarme. Una
tremenda congoja fue para mí lo único real en aquellos momentos.
Empezó a temblarme el mundo detrás de
una bonita niebla gris que el sol irisaba a segundos. Mi cara
sedienta recogía con placer aquel llanto. Mis dedos lo secaban con
rabia. Estuve mucho rato llorando, allí en la intimidad que me
proporcionaba la indiferencia de la calle, y así me pareció que
lentamente mi alma quedaba lavada.
En realidad, mi pena de chiquilla
desilusionada no merecía tanto aparato. Había leído rápidamente
una hoja de mi vida que no valía la pena de recordar más. A mi
lado, dolores más grandes me habían dejado indiferente hasta la
burla...
Carmen Laforet
Nada
¿”NADA”?, me
pregunté. Fue lo primero que me llamó la atención de este libro,
su título. ¿Qué historia encierra? Son muchos los párrafos que
despertaron en mí sentimientos diferentes. Nostalgia, desilusión,
tristeza, fuerza, fueron algunos de ellos, todos transmitidos por las
situaciones que vive su protagonista. Andrea es una joven con muchas
expectativas. Volver a Barcelona para estudiar es una de sus mayores
ilusiones. Pero nada es como ella se esperaba, sufre, se siente
defraudada y en ocasiones con miedo, pero al final escapa, no se
resigna, huye y aprende.
Es el fragmento anterior
uno de los que más me gustó. Al leerlo me da fuerzas para seguir
adelante, para priorizar y dar importancia a aquello que realmente lo
tiene y para olvidar lo que no merece la pena seguir recordando.
Os recomiendo que lo
leáis e intentéis meteros en la mente y en el cuerpo de Andrea.
Experimentaréis sensaciones muy intensas que os harán reflexionar
sobre muchos aspectos de la vida. ¡ÁNIMO!
TERCER LUGAR DEL MAPA LITERARIO DE NUESTRO CENTRO
Cuando
emprendas tu viaje a Ítaca…
Cuando
emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide
que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten
siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca
te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque
la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
He
elegido este poema de Constantine Cavafy, poeta griego nacido en
Alejandría, Egipto, en 1863, por la nostalgia que me producen los
recuerdos de una época maravillosa que compartí junto a mis
compañeros de clase de literatura hace ya un tiempo.
Se
trata de uno de los numerosos poemas que solíamos comentar en clase
con nuestra profesora, Cristina. Cuando lo trabajamos yo tenía 16
años y me condujo a una gran reflexión. Recuerdo aquellas
tertulias junto a mis compañeros, éramos un grupo muy reducido que
compartíamos muchas ilusiones e inquietudes.
El
poema trata del largo viaje de regreso a su patria que realizó
Ulises tras la Guerra de Troya. Un viaje cargado de peligros y
aventuras que duró 10 años en lo que lo importante no es la llegada
sino el viaje en sí mismo. Durante su trascurso se producirá un
enriquecimiento personal, se adquirirá experiencia y sabiduría.
En
realidad, el poema sólo es una metáfora del viaje de la vida que
realizamos cada uno de nosotros. Un viaje que tiene un destino común
para todos pero que difiere en cada uno de nosotros del medio de
transporte utilizado, es decir, de la manera en que cada uno vive.
Por Javier Torrico
Me
he puesto a recordar y he encontrado esta belleza de poema de Machado
que me gustó mucho cuando mi maestra (¡que grandes maestros
tuvimos!), que era una enamorada de Machado, lo leía en clase. Lo
veía con los ojos del niño que era y me encantaba, me gusta
recordar las sensaciones que me transmitía de tranquilidad y
sosiego, sobre todo al oírlo recitar por ella, y como me
transportaba el poema. Parecía como, a pesar de ser tan pequeño,
intuyera que detrás de ese poema "infantil" había algo
más.
Posteriormente,
al releerlo ya de mayor me doy cuenta de la profundidad del mismo, y
de lo que quiere transmitir el autor, de como la vida pasa, de la
inocencia de la niñez, de nuestros sueños, esperanzas, de como todo
eso se pierde. A pesar de que el poema puede tener un trasfondo de
tristeza, puede ser que por mis recuerdos y sentimientos, a mi me
evoca ternura, paz, y siempre que lo leo acabo con una sonrisa en la
cara y una lágrima en los ojos.
Era
un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Antonio Machado
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!
Antonio Machado
Por José R Galván
MENDO.–
Es que tu inocencia ignora
que a
más de una hora, señora,
las
siete media es un juego.
MAGDALENA.–
¿Un juego?
MENDO.–
Y un juego vil
que no
hay que jugarlo a ciegas,
pues
juegas cien veces, mil,
y de
las mil, ves febril
que o
te pasas o no llegas.
Y el no
llegar da dolor,
pues
indica que mal tasas
y eres
del otro deudor.
Mas ¡ay
de ti si te pasas!
¡Si te
pasas es peor!
(La venganza de Don
Mendo)
He
elegido este fragmento porque me parece que fusiona de manera
magistral el teatro (uno de mis artes favoritos) y el humor (una de
mis virtudes favoritas). Lo descubrí viendo la película que llevó
esta obra a la gran pantalla gracias al genial Fernando Fernán
Gómez. Quizás fue este fragmento el que me hizo enamorarme del
teatro y del arte, porque me hace disfrutar cada vez que lo leo,
porque me hace disfrutar cada vez que lo escucho.
Por
Miguel Ándrés Castaño
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